El danés Thomas Gravesen siempre
fue un tipo particular, especial, diferente. Nuestro país lo conoció por
primera vez cuando fichó por el Madrid procedente de Inglaterra (Everton), en
el estío del año 2004. Sus primeros pasos con el balón fueron conocidos en
Vejle, su localidad natal, aunque se fue bastante pronto al Hamburgo teutón,
conjunto en el que pasó tres cursos. En Alemania fue reconocido como el mejor
jugador extranjero de la competición, fenómeno que le sirvió para que los
ojeadores del equipo británico pusieran la vista sobre él.
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Gravesen |
Pasaría un lustro en este equipo, hasta
que fichó por los blancos, club más laureado del mundo el siglo pasado por sus
conquistas.
Este sábado se disputó el caliente derbi
sevillano entre Real Betis y Sevilla, con victoria para los visitantes, y no
exenta de polémica. Seguro que los apostantes de webs como 888Sport.es que
vaticinaron una victoria visitante en Heliópolis, andarán de enhorabuena por el
resultado cosechado.
Fichó por el Madrid hace ya más de una
década, aunque para muchos pareciese que fuese ayer, y lo recuerden como si de
un reciente recuerdo se tratase. El tiempo vuela…
Nuestro protagonista no era (nunca lo
fue) uno de los mejores centrocampistas del panorama futbolístico europeo.
Tampoco es uno de esos jugadores que hayan nacido para triunfar en el Bernabéu.
No obstante, causó furor, dejando indiferente a nadie a su paso. Más que como
jugador, en su faceta de “showman”, de personaje pintoresco que caía
simpático y causaba gracia en el prójimo allá por donde pasaba.
El madridismo difícilmente olvidará su
famosa “Gravesinha”, jugada tremendamente cómica, y a la que
la tv y los distintos medios de comunicación le supieron sacar partido. Mucho
depende de ellos la dimensión que cobró Thomas en este ámbito de individuo
popular.
Una vez su paso por el Madrid fue
perdiendo actualidad, poco se ha sabido hasta hace relativamente poco sobre el
medio danés. Pues bien, se conoció que el futbolista había cambiado
radicalmente de estilo de vida tras abandonar su profesión, según diversas
informaciones de diarios de su país. El mítico “ogro” de Chamartín, se trasladó
junto a su pareja, la modelo estadounidense Kamila Persse, a Las Vegas, donde
se ha dedicado estos años a vivir alocadamente. No ha elegido mal sitio, la
llaman la “Ciudad del Pecado”, y probablemente no sin razón.
Gravesen acabó su carrera en el Celtic
de Glasgow, y poco después regreso a su tierra, pero tras una serie de
inversiones, en las que muchos especulan que podría haber ganado algo así como
cien millones de euros, se marchó a tierras yankees, para continuar su vida
rodeado de auténtico lujo y desenfreno.
Thomas ha cambiado los partidos de
fútbol por el póker, la ruleta, las fiestas o el blackjack, y vive a lo grande.
En Estados Unidos ha pretendido pasar inadvertido, pero es algo cercano a la
utopía, sobre todo cuando vas por todos lados paseando a gran velocidad en un
Mercedes SLR McLaren.
Sin duda, se trata de uno de los personajes más recordados de la
historia de nuestro fútbol reciente, y precisamente, no por sus logros en el
césped. Thomas nunca fue un tipo “al uso”, y parece que esta corriente le
acompañará el resto de sus días en el mundo… Foto Por Cortesía:
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